Antonio de Nebrija – Una Premonición Genial
Cuenta el propio Nebrija, que cuando le habló a la reina de su proyecto de una «Grammática Castellana», esta le preguntó sobre las ventajas de escribir una obra de esas características; fue Fray Hernando de Talavera quien contestó por él exponiendo a la reina que el hecho de que todos sus vasallos hablaran castellano, sería una buena herramienta para unificar los territorios conquistados. «América aún no había sido descubierta»
Esa Grammática Castellana vio la luz en Salamanca el 18 de agosto de 1492. Apenas unos días antes, los tres barcos acababan de partir desde Palos de la Frontera rumbo a lo desconocido. Durante mucho tiempo la gramática fue olvidada por completo, eran tiempos de latines y aquella curiosa idea había sido una simple «extravagancia». Con el tiempo, esa extravagancia resultaría ser una genialidad, pues, más tarde, el camino trazado por Nebrija y su método fue, sin duda, decisivo para el posterior estudio de las lenguas amerindias (desde Norteamérica hasta Sudamérica y las islas Filipinas). En el caso del Virreinato del Perú, que puede servir de ejemplo, la estandarización del quechua como lengua general fue decisiva para la evangelización y para la creación de una nueva identidad andina, forjada desde el siglo XVI hasta la actualidad. Lo que ocurrió después con el castellano no necesita explicación, hoy en día es la lengua que hablan más de 500 millones de personas a lo largo y ancho del mundo, sin que fuera necesario acabar con las lenguas originarias de América que siguen vivas.
[…] Cuando bien comigo pienso mui esclarecida Reina: i pongo delante los ojos el antiguedad de todas las cosas: que para nuestra recordacion y memoria quedaron escriptas: una cosa hállo y sáco por conclusionmui cierta: que siempre la lengua fue compañera del imperio: y de tal manera lo siguió: que juntamente començaron, crecieron y florecieron. Y despues junta fue la caida de entrambos.
Extracto del prólogo de Grammatica castellana.
Elio Antonio de Nebrija, filológo y humanista, nació en Lebrija, Sevilla, alrededor de 1444.
Estudió en Salamanca y en Italia, en El Colegio de los Españoles de Bolonia durante 10 años; allí se impregnó del espíritu del humanismo renacentista.
Su capacidad de trabajo y de estudio fue muy grande y su creatividad tendría una muy larga repercusión en el tiempo: siempre estará trabajando sus gramáticas sobre la lengua latina que, al ser demasiado extensas, incluso para profesores, creará otra para los jóvenes estudiantes que se imprimió en Francia, Italia, Alemania y Países Bajos, y en España, donde Felipe III lo convirtió en 1598 en la única autorizada para la disciplina y fue utilizada hasta el siglo XIX. También fue el artífice de un producto novedoso de gran utilidad, los diccionarios bilingües, a los que mantenía siempre actualizándolos.
En muchos sentidos, fue un innovador, un adelantado a su tiempo que ya, por aquel entonces reclamaba derechos de autor como una primicia de lo que más tarde se iría sucediendo en torno a la creación intelectual y artística; fue uno de los impulsores de la introducción y desarrollo de la imprenta en la península, y hay quienes dicen que él mismo estuvo al frente de una imprenta clandestina -por ser incompatible con su puesto de catedrático en la universidad-, de la que salieron muchas de sus obras y un buen número de incunables.
Toda su vida estuvo vinculado de una manera u otra a la Universidad de Salamanca. En los últimos años de su vida, de la mano del cardenal Cisneros, impartió clases en la Universidad de Alcalá de Henares, colaborando en la confección de la Biblia Políglota. En esa ciudad de Alcalá, sede de la universidad complutense, moriría a los 80 años.
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