Francisco Marroquín -En Guatemala-
«Era partidario del mestizaje como un medio para obtener un trato mejor para los indígenas. Sugirió a la Corona que a los españoles, especialmente los oficiales reales, se los debía obligar a casarse con mujeres indígenas para lograr ese fin» Christopher H. Lutz
Se desconoce su lugar de nacimiento, pero tuvo lugar en algún valle entre Santander y Vizcaya en los últimos años del siglo XV. Tras pasar su infancia en la provincia de Soria, se licenció en la universidad de Huesca y, junto al obispo Juan de Zumarraga, marchó a México en 1527.
Apenas un año después de su llegada, en 1528, abandonó México y marchó a Guatemala para unirse a Pedro de Alvarado que acababa de fundar la ciudad de Santiago de los Caballeros. En 1533 fue nombrado obispo de Guatemala y “protector” de indios.
En sus años de estancia en esas tierras, tuvo relación con el incansable fraile dominico Domingo de Betanzos, gran propagador de la imprenta y con Bartolomé de Las Casas, a quien ayudó en uno de sus numerosos pleitos con el gobernador de Nicaragua. Incluso Marroquín le dejó al cargo de su diócesis cuando tuvo que marchar a México para recibir su nombramiento episcopal, tiempo que aprovechó fray Bartolomé para iniciar los trámites burocráticos para su proyecto de evangelización pacífica de indios, que luego desarrolló en Santa Marta y Chiapas.
En 1536, Marroquín emprendió en Guatemala su programa de reformas en el que incluía la abolición de la esclavitud, la educación de mestizos, un sistema de tributos más ecuánime y, sin duda, su aportación principal: la reducción a poblados de los indios, para mejor evangelizarlos y protegerlos de los excesos de los encomenderos. Para desarrollar todo ello, sufragó de su bolsillo un viaje de varios religiosos para reclutar en Castilla más misioneros, a la vez que escribió al Emperador solicitando su apoyo.
Lamentó mucho la azarosa muerte de su gran amigo, Pedro de Alvarado, quien, en numerosas ocasiones estuvo bajo su consejo, depositando en él su confianza o interviniendo como mediador en las disputas entre Alvarado y el virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza. Pocos años después vio morir también a su mujer, Beatriz, en el terremoto que asoló la ciudad de Santiago de los Caballeros.
A pesar de que, cuando se promulgaron las Leyes Nuevas, entre los años 1542 y 1543 tuvo que vivir los enfrentamientos entre los diversos sectores de la diócesis, así como entre el Obispado y la poderosa Audiencia que ejercía sobre él un fuerte control, Marroquín pudo fundar el primer colegio universitario y el primer hospital de Guatemala.
Fue considerado el artífice de la paz que gozó su diócesis,
a pesar de las numerosas dificultades que le tocó vivir.
En los años finales, se truncó su amistad con Bartolomé de las Casas, con quien había compartido ciertos criterios; este le acusó de connivencia con los encomenderos y le reprochó su amistad con Pedro Alvarado, a quien el dominico odiaba. El obispo Marroquín murió en Guatemala el 18 de abril de 1563.
Fuentes: RAH Francisco Marroquín
Centro Virtual Cervantes, Francisco Marroquín
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