Los Hombres de Cortés
Cristóbal de Olid nació Baeza, provincia de Jaén, en 1488. En torno a 1518, y ya en Cuba, entró al servicio del gobernador Diego Velázquez, quien, ese mismo año, lo envió en busca de Juan de Grijalba que navegaba por las costas del Yucatán y del que no se tenían noticias. Traicionó a Diego Velázquez y se puso bajo las órdenes de Cortés de quien fue capitán durante la conquista del imperio mexica. Tuvo un papel relevante en la batalla de Tenochtitlán. Una vez conquistado el imperio mexica, fue enviado a las Hibueras y allí pretendió establecer su propio territorio por lo que fue ajusticiado por los hombres que Cortés había enviado en su búsqueda.
Andrés de Tapia: nació en Medellín, Extremadura, en torno 1497. Había sido mozo de cuadra de Diego Colón con quien probablemente llegó a la isla La Española en 1509. A finales de 1518 llegó a Santiago de Cuba, decidido a probar fortuna fuera de la isla y marchó a La Habana para incorporarse a las huestes de su paisano Hernán Cortés. Participó activamente en la conquista y dejó relatos importantes sobre los eventos.
Juan de Escalante: Natural de Palos (Huelva), nació en 1479.
Al parecer, siendo muy joven, estuvo con Colón en el segundo y tercero de sus viajes. En 1515 se encuentra en la villa de Trinidad (Cuba). En enero de 1518 participó en la importante expedición que encabezó Juan de Grijalba. Ese año la armada de Cortés partió del puerto de Santiago en dirección a La Habana. En su trayecto hizo una escala en la villa de Trinidad y allí se le unieron varios personajes, entre ellos los Alvarado, Cristóbal de Olid y Juan de Escalante.
Los conocimientos de Escalante fueron muy útiles en los inicios de la expedición Cortés, de hecho, desde la partida de La Habana, estuvo al mando de uno de los once buques de la expedición.
Una vez en tierra firme, Cortés le incluyó entre sus hombres de confianza. Pedro de Alvarado y sus hermanos, Francisco de Lugo, Cristóbal de Olid, Hernández Portocarrero, Gonzalo de Sandoval y Juan de Escalante formaban un informal consejo consultivo con el que Cortés ponía en común sus ideas.
Escalante estuvo presente en la fundación de la Villa Rica de Veracruz, en donde más tarde quedaría como gobernador cuando Cortés partió hacia las tierras del interior.
Ya en noviembre de 1519, ocurrieron graves incidentes con los aborígenes en torno a la recién fundada Veracruz. Quahpopoca, en nombre de los mexicas, solicitó a los pueblos totonacas el impuesto semestral que debían pagar. Escalante salió en defensa de los indios aliados, pues, el propio Cortés le había encargado su protección y menospreciando la capacidad ofensiva del cacique, llegó a su pueblo y no solo le pidió que desistiera del cobro del tributo, sino que le reclamó una indemnización en oro. Este se negó y sus hombres comenzaron a atacar al contingente español, mientras los indios aliados huían despavoridos. Escalante fue gravemente herido, y aunque tuvo tiempo de incendiar el pueblo de su enemigo, murió poco después en Veracruz a resultas de sus heridas.
Más tarde, los tlaxcaltecas informaron a Cortés de lo sucedido que encontró la excusa perfecta para apresar a Moctezuma II.
Francisco de Montejo: Capitán de uno de los barcos de Cortés en su expedición hacia el Yucatán. Tuvo un papel relevante en los actos que se sucedieron a lo largo de la expedición, sería él quien fijaría el punto adecuado para un reducto permanente en la costa del golfo de México, lugar en donde se acabaría fundando la ciudad De la Villa Rica de la Vera Cruz. Participó en diversas expediciones de exploración y conquista, ha pasado a la historia por su papel destacado en la conquista de la Península de Yucatán.
Alonso de Ávila: natural de Ciudad Real, debió llegar a las Indias con Pedrarias Dávila, estableciéndose como colono en Cuba. Participó en varias expediciones con Grijalba y fue uno de los hombres de confianza de Cortés. Como uno de sus capitanes, en Tabasco decidió el triunfo en la primera batalla de la conquista de Nueva España; participó en el arresto de Moctezuma, en la derrota de Narváez, en la retirada de la Noche Triste y en la batalla de Otumba. Al rehacer sus fuerzas, Hernán Cortés lo envió a La Española para que se ocupase de hacer negocios, por lo que no tomó parte en la conquista de Tenochtitlan, consiguiendo para aquel jurisdicción de independencia y permiso para conquistar toda Nueva España y, aunque lo recompensó con una buena fortuna, Cortés lo envió de nuevo a España con el botín de la conquista y cartas para Carlos I. Pero todo aquello cayó en manos de un corsario francés y Ávila estuvo preso durante dos años.
Alonso Hernández Portocarrero Nació en Medellín, Badajoz, a finales del siglo XV. En febrero de 1516, se embarcó para Cuba, estableciéndose en la ciudad de Sancti Spíritus. Más tarde, se enrollaría como capitán de Cortés en su expedición al Yucatán de 1519. Una vez allí y tras haber sido vencidos en marzo de 1519, los mayas entregaron 20 esclavas como prueba de paz a Hernán Cortés. Una de las esclavas era Marina; Cortés se la entregó a Portocarrero. Poco tiempo después, Cortés lo envió con Francisco de Montejo a España, para entrevistarse con Carlos I para defender, frente al gobernador Velázquez, los derechos de Cortés tras la conquista de México.
Montejo y Portocarrero tuvieron audiencia con Carlos I en Tordesillas, declararon después frente a la Corte en La Coruña. Mientras esperaban la sentencia definitiva por parte del Consejo de Indias, parece ser que Alonso fue encarcelado por orden de Rodríguez Fonseca por un delito cometido años antes: había seducido a la joven María Rodríguez, mujer casada, llevándosela consigo a Cuba. Bernal Díaz del Castillo cuenta que murió en la cárcel, mientras que otras informaciones dicen que salió pronto y regresó a Nueva España, donde disfrutó de encomiendas y privilegios de conquistador.
Bernal Díaz del Castillo: Natural de Medina del Campo, en Valladolid, España, fue soldado e historiador. Ya con una avanzada edad y viviendo en Guatemala, fue autor de «La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España», que ha proporcionado una valiosa perspectiva de primera mano sobre la expedición de conquista del imperio mexica y los personajes, los hechos y las batallas que tuvieron lugar.
Fray Bartolomé de Olmedo: Fue un fraile de la Orden de la Merced, nacido en el pueblo vallisoletano de Olmedo en 1485. Se embarcó con Cortés en su expedición al Yucatán y estuvo fuertemente comprometido durante toda la epopeya cortesiana. Fue el auténtico jefe espiritual de la empresa y su doctrina se anticipó, en la defensa de los indios. Vivió una intensa vida, falleciendo en torno a los cuarenta años, a finales de octubre o principios de noviembre de 1524.
Doña Marina -Malinche-: Intérprete y consejera. Su intervención en la conquista de los territorios de la Nueva España fue fundamental, pues facilitó la comunicación entre los españoles y los pueblos indígenas. Su habilidad para traducir del náhuatl al maya y luego al español fue crucial para las negociaciones y alianzas entre todos los implicados.
Jerónimo de Aguilar: Naufragado español que fue rescatado por Cortés en la isla de Cozumel. Hablaba maya y español, facilitando la comunicación inicial entre indígenas y castellanos hasta que La Malinche se unió a los expedicionarios.
Junto a Hernán Cortés y sus hombres, doña Marina y miles de aliados indígenas fue posible el inicio de lo que sería, en apenas quince años, el floreciente Virreinato de La Nueva España.
Fuentes: RAH, biografías de los distintos personajes
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