Miguel Díaz de Aux -El oro de Quisqueya-
Cuenta el cronista de Indias, Fernández de Oviedo, que los
reyes católicos dieron el permiso correspondiente a
Cristóbal Colón para trasladar el asentamiento de La
Isabela hacia el sur de la isla de La Española.
Colón, en su obsesión de encontrar las minas
de Salomón, aseguraba que había ricas minas de oro.
Así se encontró el lugar en donde fue fundada la ciudad de
Santo Domingo.
Miguel Díaz de Aux, era natural de Barbastro, en el reino de Aragón. Fue un hijo segundón en una noble familia aragonesa que partió para las Indias en una de las carabelas que llevaron a la isla de La Española a Bartolomé Colón en el año 1494.
Una vez afincado en la ciudad de la Isabela, Miguel Díaz tuvo una fuerte riña con otro español al que parecía haber matado, por lo que huyó tierra adentro de la isla, acompañado de otros cinco o seis cristianos.
Descendieron hasta la costa sur de la isla y allí se encontraron con un pueblo de indios en donde fueron bien recibidos. Estaban gobernados por una cacica, de la que se dice que adoptó el nombre de Catalina. De ella, Miguel Díaz obtuvo información sobre dónde estaba los yacimientos del oro que se deslizaba arrastrado por la corriente de los ríos de la isla. Con esta información y con la constancia de la fertilidad de la tierra que los había acogido de buen grado, se consideró capaz de regresar con los suyos y así lo hizo.
De nuevo en la inhóspita ciudad de la Isabela, se encontró con que aquel, a quien había considerado muerto, no lo estaba; solicitó el perdón y le fue concedido.
Informado Bartolomé Colón de las noticias que traía Miguel Díaz, y viéndose en la necesidad de abandonar la que se había convertido en la penosa y pobre ciudad de la Isabela, junto a Miguel Díaz y Francisco de Gray, descendieron en expedición hasta las tierras descubiertas, reconociendo la certeza de cuanto había afirmado Miguel.
Bartolomé puso en conocimiento de las buenas nuevas a su hermano Cristóbal, quien obtuvo permiso real para fundar una ciudad en el nuevo enclave, comenzándose el traslado y el asentamiento en lo que empezaba a ser la Nueva Isabela, más tarde sería denominada Santo Domingo de Guzmán.
En cuanto a la vida de Miguel Díaz de Aux, se sabe que se convirtió en un hombre rico e influyente; ocupó varios cargos, y cuando llegó a La Española Francisco de Bobadilla como juez pesquisidor y apresó a los hermanos Colón, Miguel defendió la fortaleza y los derechos del almirante y su familia.
Más tarde, en 1502, al llegar el gobernador Nicolás de Ovando se encontró con Miguel Díaz de Aux y a Francisco de Garay, ricos y dedicados a la extracción y la fundición de oro. Se cuenta que una sola pepita sacada por la india de Miguel Díaz era de tal tamaño que fue enviada a la Reina. Durante los años ovandinos, pudo continuar con sus negocios en las fundiciones junto a Francisco de Garay y el futuro gobernador de Cuba, Diego Velázquez y su familia.
Con la llegada de Diego Colón, en 1508, heredero de su padre y por tanto virrey de Indias, Miguel Díaz obtuvo su premio por haber sido aliado de los Colón en los tiempos difíciles, siendo nombrado alguacil mayor de Puerto Rico, entonces llamado Boriquen; hecho que se produjo en contra de los nombramientos realizados por Ponce de León quien poseía capitulaciones para poblar la isla. Ponce de León apresó a los cargos nombrados por el nuevo virrey y los envió a la península en el año 1510, acusados de exceso en sus actos de gobierno.
Durante su estancia en la península y mientras esperaba la resolución de su pleito, Miguel Díaz se casó con una sobrina del influyente secretario real para asuntos de Indias, López Conchillos. Poco tiempo después, el Consejo de Indias absolvió a Miguel Díaz de todos los cargos que se le imputaban y, al terminar el procedimiento, marchó con su mujer a la isla de Boriquen, instalándose en la recién creada ciudad de San Germán, a cuya prosperidad contribuyó hasta su muerte en 1519.
Su viuda quedó muy rica y volvió a casarse con Antonio de la Gama, quien ejercería como juez de residencia en la isla de Boriquen y después en Tierra Firme.
Se sabe que Miguel Díaz tuvo dos hijos con la cacica Catalina. Uno de ellos debió morir pronto, pero el segundo fue conocido como Miguelico. Había nacido en 1496, siendo, por tanto, el primer mestizo documentado del Nuevo Mundo. Su padre lo acreditó con toda certeza en el testamento otorgado en Sevilla el 2 de julio de 1504, y lo hizo de forma entrañable “mi hijo Miguelico, que está en la Isla Española, porque es de tierna edad, que es de edad de ocho años”. Para su formación dejaba mandas en dinero con la intención de que se consagrase a la vida clerical. Sin embargo, se sabe que ese no fue su destino, pues participó activamente en la conquista de la Nueva España de la mano del socio de su padre, Francisco de Garay, junto a los hombres de Hernán Cortés.
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Fuente: RAH Miguel Díaz de Aux, el viejo