Italia —Empieza la Leyenda Negra—
Dicen los estudiosos del tema que los orígenes de la Leyenda Negra antiespañola están en Italia. Al parecer, los siglos XIII, XIV y XV fueron decisivos para que el tiempo y los acontecimientos forjaran lo que se ha dado en considerar: la mayor alucinación colectiva de la historia.
Y es que ese país, resquebrajado en pequeños territorios tras la caída de su imperio, sufrió su pequeñez y tuvo que esperar muchos siglos para contraerse y recomponerse. Mientras tanto, fue su prestigio como descendientes de tan vetustas glorias lo que les ha permitido considerarse a lo largo del tiempo, como diría el cronista al servicio de los Reyes Católicos españoles, Mártir de Anglería, el salón principal y el emporio del universo entero.
Nadie les quita el mérito, debido a su posición geográfica, a través del imperio, fueron la cadena de transmisión de las muchas sabidurías engendradas en tantos y tantos lugares del mediterráneo y mucho más allá, con la virtud de haberlo sabido concentrar y expandir. España nunca renegó de su romanización y, aún hoy día, sigue mostrando su agradecimiento, pero también la consternación de haberlo visto convertido en desprecio, que a nosotros no nos denigra, pues, al fin, de quien hablan los denigradores es de ellos mismos.
No es materia de este trabajo saber la causa de las quejas prodigadas por los italianos a cuantos se disputaron su territorio durante aquellos siglos en los cuales, la Italia de hoy estuvo dividida en pequeñas parcelas en franca competencia, pero, en lo que a España se refiere, hay tres fuentes fundamentales que, ya antes del surgimiento de la monarquía hispánica que se desarrolló en la amplitud de los territorios americanos, fueron la causa de su insolencia y su reproche:
El comercio y la guerra: El reino de Aragón —especialmente, las provincias catalanas—, supusieron durante los siglos XIII, XIV y XV una fuerte competencia comercial en el intercambio entre Oriente y Occidente, en aquello que consideraban su… monopolio. Eso, añadido a los ejércitos almogávares, que, forjados en los campos del cauce de río Ebro durante los siglos de la reconquista española, fueron capaces de vencer en cualquier batalla con su destreza y valentía, a pesar de la apariencia de rudos y primitivos campesinos que nunca les fue perdonada.
La mezcla de razas y religiones en la vieja Hispania, en donde, cristianos, judíos y musulmanes compartieron estrechamente una tierra que, hasta finales del siglo XV, fue de todos ellos. Esa imperdonable mezcla les hacía, a su juicio, incapaces de ser protagonistas del conocimiento más ortodoxo. Sin embargo, durante ese tiempo, la esencia del espíritu cristiano que germinó en el imperio de Roma, arraigó en Hispania hasta llegar a convertirse en una fuerza inextinguible; por su parte, el pueblo judío alumbró un pensamiento místico, único para su cultura y para el mundo; en cuanto a los musulmanes, sus ciudades se convirtieron en un foco de esplendor que, con enorme generosidad, fue entregando la sabiduría del mundo griego, persa y oriental que iba llegando hasta ellas para ponerla en manos de quienes, desagradecidos, se lo apropiaron, ignorando su origen, para arrogarse méritos que eran de otros pueblos quienes, por el arte civilizatorio, habían caminado por sedas más cultivadas que las suyas.
Poderío militar. El sur de Italia fue territorio conquistado y defendido por el reino de Aragón. En esos lances, brilló el genio militar de los soldados españoles. La figura de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, forjó la leyenda de un hombre invencible que convirtió las hordas de luchadores en el ejército más poderoso que atravesará Europa a lo largo de los siglos posteriores.
Los numerosos juicios desfavorables sobre el dominio español en Italia que se encuentran en historiadores anteriores a nuestro tiempo tienen, sin duda, tres causas principales:
- una es la idea preconcebida de que toda soberanía extranjera tiene que ser eo ipso un yugo insoportable;
- por otra parte, se ha aceptado como verdad incuestionable una opinión poco favorable sobre España del siglo XVI;
- basados en estos conceptos o siguiendo la ley del menor esfuerzo, se han inspirado, para historiar la época española en Italia, en fuentes literarias, eludiendo o ignorando el material de los archivos.
Los orígenes de la leyenda negra – S. Arnoldsson
En resumen: En aquellos siglos, la vieja Roma, como la madrastra en el cuento de Blancanieves, nunca dejó de preguntarle a su espejito mágico quién era la más hermosa de su reino.
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