Diego de Ingenios -Un pirata en Nueva Cádiz –
La aparición del pirata Diego de Ingenios en el caribe marca el inicio de la amenaza extranjera en las posesiones ultramarinas de la Corona española, especialmente en la franja de las islas perlíferas, que eran extremadamente valiosas. A partir de incursiones como la suya, la Corona comenzó a reforzar la defensa costera: fortificaciones, guarniciones, pactos con caciques locales.
Diego de Ingenios es uno de esos nombres que sobreviven casi como un rumor en la crónica temprana de la presencia española en el Caribe. Pirata o corsario —según quién lo nombre—, se lo menciona como un hispano-francés que, hacia 1528, atacó la isla de Cubagua, célebre entonces por su floreciente industria de perlas.
La única mención clara y conocida del pirata se encuentra en cronistas como José de Oviedo y Baños, que lo incluye en su Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela como uno de los primeros ataques piráticos que sufrió la región:
“En el año de mil quinientos veintiocho vino un corsario hispano-francés, llamado Diego de Ingenios, con ánimo de saquear la isla de Cubagua, que entonces surtía a España de infinitas perlas.”
(Oviedo y Baños, Libro I)
Fue el 2 de Agosto de 1498, cuando en su 3er viaje, Cristóbal Colón llegó a la desembocadura del río Orinoco. Después de haber pasado frente a la isla de Trinidad, y según afirman la mayoría de los historiadores, al recorrer la costa de Paria buscando una salida al mar abierto, descubre las islas de Margarita, Coche y Cubagua.
Con los ricos yacimientos de perlas en la Isla de Cubagua, comenzó el primer establecimiento español en Venezuela, el cual creció rápidamente, debido al auge económico originado por la explotación de perlas, convirtiéndose en la primera ciudad fundada por los españoles en Venezuela, que recibió el nombre de Nueva Cádiz alrededor del año 1515.
La guerra con Francia, iniciada en 1522, abría la oportunidad para que osados aventureros obtuvieran patente de corso para asolar las posesiones españolas de ultramar y el 23 de Julio de 1528 aparece frente a la isla de Cubagua el mayor navío que se había visto en las aguas de la Isla: un galeón francés de 240 toneladas. Era el primer barco enemigo que osaba entrar en el corazón del imperio español trasatlántico y escogió la diminuta Isla de Cubagua, como su principal objetivo.
El capitán de la nave francesa corsaria sabía cual era su destino y lo que buscaba, pues era un antiguo vecino de Nueva Cádiz, su nombre era Diego de Ingenios. Ingenios esperaba obtener un cuantioso botín en su incursión, obligando a los pobladores de Nueva Cádiz a entregar los cargamentos de perlas que pronto serían enviados hacia España. Sin embargo, los pobladores de Cubagua no pensaban entregar su riqueza al corsario sin pelear y, aunque disponían sólo de cinco cañones contra los 45 del galeón, se dispusieron a organizar la defensa comandados por el Alcalde Mayor, Pedro de Herrera.

Increíblemente, fue el propio Alcalde Herrera quien hizo venir a los jefes principales de los indios guaiqueríes, pueblo nativo de la región, y los convenció de que lo ayudaran en la batalla para expulsar de esas aguas a los corsarios. Y cuentan que el mismo Francisco Fajardo, el viejo, juntó a medio centenar de guaiqueríes vasallos de Isabel su mujer, unidos en una sola tropa y a bordo de varias curiaras atacaron con flechas envenenadas al buque pirata de Ingenios y lo hicieron retirarse.
Después de varias horas de combate y escaramuzas, los insulares lograron repeler el ataque, y los piratas derrotados y maltrechos, desistieron del saqueo insular ante la pérdida de 35 de sus hombres. El capitán Ingenios, encontrando mucha mayor resistencia de la esperada, decidió levar anclas y se retiró con sus piratas sin haber conseguido ningún botín. Del propio pirata poco más se sabe. No hay constancia de que volviera a atacar, ni de que dejara registro propio. Su figura se diluye en la nebulosa de los primeros corsarios, donde cabían renegados de varias banderas, aventureros sin escrúpulos y agentes de la Corona francesa interesados en mermar el monopolio hispano.
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