Hernández de Córdoba -En Yucatán-
Francisco Hernández de Cordoba fue el primer español que, en 1517, recorrió las costas de la península del Yucatán, en el Nuevo Mundo.
Nació en torno a 1475 en España y llegó a Cuba en 1511. Allí, unos años después de su llegada, junto a Diego Velázquez de Cuellar, gobernador de la isla, organizó una expedición con dos bergantines en busca de nuevas tierras al occidente de Cuba.
Es en febrero de 1517 cuando la sociedad formada por Francisco Hernández de Córdoba, Cristóbal de Morante y Lope de Ochoa de Caicedo contrataron a Antón de Alaminos, para realizar una expedición en busca de islas que no hubiesen sido visitadas antes, y, por tanto, que fuese fácil la operación de capturar nativos.
La armadilla dirigida por Alaminos estaba compuesta de tres navíos con ciento nueve hombres a bordo.
Se hicieron a la mar y tras avistar el cabo San Antón, en el extremo occidental de la isla de Cuba, el día 20 de febrero, Alaminos ordenó rumbo Suroeste hacia una región desconocida para todos, menos para él, quien creía dirigirse a las islas del cuarto viaje colombino.
En los primeros días sufrieron una tormenta, y seis días después avistaron tierra. Su primer desembarco próximo al continente se produjo en la isla de Cozumel, cercana a la península de Yucatán, a la que bautizaron como «Isla de las Mujeres», debido a la gran cantidad de ídolos con rostro femenino encontrados en los templos. Aquellas tierras parecían gozar de una civilización más avanzada de la que estaban acostumbrados a encontrar en otras tierras nuevas y era evidente que poseían riquezas y cultura. Continuaron viaje de exploración, penetrando en la península que estaba muy próxima, donde tomaron posesión de las tierras en nombre de Su Majestad. Más tarde, continuarían navegando en torno a la costa, hasta llegar a Campeche y a Champotón donde fueron rechazados por los indios mayas que les presentaron combate con gran número de hombres.
Diezmados y herídos la mayoría de los tripulantes de la expedición decidieron regresar a Cuba.
Alaminos organizó el viaje de regreso navegando por mar abierto durante cuatro días hasta llegar a la Florida, lugar que él conocía del viaje que realizó en 1513 con Ponce de León. En esta costa cavaron unos pozos donde pudieron tomar agua dulce y salvar a los hombres, entre ellos al propio capitán Francisco Hernández, que estaba gravemente herido.
Desde la Florida regresaron a Cuba y, a su llegada, el gobernador de la isla se mostró interesado en los nuevos descubrimientos de tierras. Rápidamente ordenó a Juan Grijalba que preparase una nueva expedición con nuevos barcos por la ruta seguida por Hernández de Córdoba. Esta actitud molestó al descubridor del Yucatán que se manifestó decidido a presentar sus quejas contra Diego Velázquez en la corte, por ignorar su esfuerzo y sus méritos como descubridor. Lamentablemente, a los diez días de su llegada, Hernández de Córdoba murió en Santiago de Cuba como consecuencia de las heridas recibidas en el combate contra los indios mayas.
“Yukꞌal-taan mayab», que era la designación lingüista de su nación, y que textualmente quiere decir: «todos los que hablan la lengua maya». En su informe, Bartolomé Colón recogió esa frase y escribió «Yucathan maian», para designar la tierra que tuvo enfrente, desde la costa norte de Honduras, hasta la costa oriental de la península. Así es como el castellano adquiere el primer nombre geográfico con que habría de designarse después la tierra de los mayas.
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