Las Islas Canarias en el Descubrimiento
Las Islas Canarias tuvieron una importancia decisiva en el devenir del Reino de Castilla y, como consecuencia, un papel clave en el proceso de expansión atlántica de la Monarquía Hispánica. Sirvieron como base logística, escala estratégica y modelo administrativo para lo que luego sería la organización de los territorios americanos.

Hay autores que piensan que de no haber tenido Castilla la posesión de estas islas, es muy probable que no se hubiera embarcado en la aventura propuesta por Cristóbal Colón, que terminaría con el descubrimiento de un Nuevo Mundo. Pero no solo fue importante su existencia para el primer viaje de Colón, sino que se convirtió en una base geográfica fundamental para todos los viajes durante los primeros siglos del imperio.
Notas sobre la importancia de las islas Canarias en el Descubrimiento
*Representaban la última escala para el aprovisionamiento antes de comenzar el cruce del Atlántico. Fue por tanto, un puente necesario entre la península y las Indias,
* Todas las islas, sirvieron de ejemplo en el desarrollo del contacto con los aborígenes canarios, quienes, en igual medida que los nativos de las Indias, vivían en un estado primitivo y desconocían la agricultura o los metales. Canarias supuso una gran experiencia colonizadora de vital importancia, ya que en las islas se experimentó el modelo de encomiendas y explotación agrícola que se desarrollaría posteriormente en el nuevo continente, que supuso una experiencia enriquecedora y formativa para el posterior encuentro con los habitantes antillanos.
* Muchos canarios fueron participantes en la colonización, especialmente en el Caribe, Venezuela y Cuba. Existen testimonios de que ya en 1526 Francisco de Montejo, en su viaje hacia el Yucatán, reclutó hombres en Tenerife, abriendo una costumbre asentada en el tiempo y que iniciaba la notable emigración de canarios hacia América.
*El flujo de bienes fue constante. En las indias, recibieron productos que harían propios como el cultivo del plátano o la caña de azúcar, que partió desde San Miguel de la Palma y que sería la base de los futuros rones caribeños; el vino de malvasía, muy apreciado en las nuevas ciudades americanas; los tintes naturales utilizados en la industria textil, como la cochinilla; más una ingente cantidad de ganado y de productos agrícolas que servían de abastecimiento.
La ciudad de San Cristóbal de La Laguna, en la isla de Tenerife, sobre todo durante los siglos XVI y XVII, jugó un importante papel en la conexión entre Canarias y las Indias. Dicha ciudad, situada en el centro de la isla, para protegerse de ataques corsarios y piratas, fue la capital de la isla hasta 1723. Allí se coordinaban los asuntos relacionados con la emigración y el comercio con América, siendo el centro administrativo, comercial y militar.

San Cristóbal de La Laguna fue diseñada con un trazado ordenado y geométrico, siguiendo principios del Renacimiento. Este esquema fue replicado en varias ciudades americanas y sirvió de inspiración para las Leyes que regulaban el diseño urbano en América, (1573). Algunas ciudades importantes le deben su trazado como: La Habana, Cartagena de Indias, Lima, Ciudad de México. En igual medida sus recursos arquitectónicos, como el uso del barroco, las techumbres mudéjares o los balcones con celosías, reproducidos en las ciudades americanas, tienen su origen en la arquitectura canaria.
