Francisco de Garay -En Jamaica-
Francisco de Garay es un ejemplo de los hombres llenos de inquietudes que llegaron a las Indias en los años de su descubrimiento. Fue nombrado gobernador de la isla de Jamaica, pero enseguida se sintió arrastrado a nuevas conquistas en las tierras de promisión continentales que eran las causantes de la fuerte disminución de la población blanca isleña.
Nació en el pueblo de Gary -Vizcaya- en 1475 –. Se embarcó para las Indias con Cristóbal Colón, en calidad de escribano. Establecido en La Española, adquirió una considerable fortuna debido al hallazgo de las Minas Nuevas en el sur de la isla que él y su amigo, el aragonés Miguel Díez de Aux, explotaron inteligentemente.
Garay alcanzó gran popularidad en la isla, llegando a poseer buenas propiedades —fue el primer español en construirse una casa de piedra— y un significativo número de indios. Diego Colón lo nombró alguacil mayor de Santo Domingo. En 1511 capituló con él la conquista de la isla de Guadalupe, pero fue rechazado por los caribes.
Hacia 1513 regresó a España y después de casarse con una cuñada de Cristóbal Colón, Ana Muñiz de Perestrelo, en 1514 firmó con Fernando el Católico unas capitulaciones que le convertían en el primer representante real directo en el gobierno jamaicano, en sustitución de Juan de Esquivel. Garay se integraba en la línea de los capitanes gobernadores enviados por el Rey en oposición a Diego Colón, que, a petición del Monarca, le nombró su teniente gobernador en Jamaica.
Francisco de Garay pasaba así a ser un instrumento factor de los designios económicos y políticos del rey Fernando al marchar con una completa autoridad en estos aspectos.
Desembarcó en Jamaica el 15 de mayo de 1515. Se encontró con la oposición de los pobladores que lo veían como un intruso, un servidor de la política fernandina, contrario a Diego Colón, del que eran partidarios. Pero, poco a poco, con habilidad fue trocando a su favor aquel ambiente desfavorable. Consolidó su autoridad, más aún, cuando solicitó y le fue concedida por la Corona autorización para el repartimiento de indios, al igual que la alcaldía de la fortaleza —Yáquimo— que había edificado. Durante su mandato la isla progresó y se enriqueció.
El cronista, Mártir de Anglería, lo calificó como el mejor de los gobernadores de aquellas tierras.
La población indígena, incorporada en los repartimentos, coadyuvaba en las tareas de poblamiento y constituía la base principal de la explotación agrícola-ganadera, cuyo desarrollo permitía exportaciones a Cuba y Tierra Firme. Tuvo también una preocupación social. Parte de la población era obligada a casarse y a construir casas de piedra con subvenciones especiales autorizadas por la Corona. Sevilla la Nueva, Melilla y Oristán, estas dos últimas fundadas por Garay, se definen como ciudades.
“pobre murió quien hubiera podido llevar una vida tranquila y acaso larga, de haberse contentado con el gobierno de la paradisíaca isla de Jamaica, donde su autoridad era grande y gozaba del amor de sus pueblos...."
Fuentes: RAH Francisco de Garay