Nuño Beltrán de Guzmán -La Nueva Galicia-
Nuño Beltrán de Guzmán, el 21 de diciembre de 1529, salió a la cabeza de varios centenares de españoles y siete u ocho mil indios aliados con doce piezas de artillería y 10.000 pesos, para, según sus propias palabras dirigidas a Carlos I: “descubrir la tierra y conquistar la provinçia de los tebles chichicmecas que confina con la nueva españa y las que más adelante se ofresçiesen”.
Una vez que supo del nombramiento de Hernán Cortés como capitán general de la Nueva España, Beltrán de Guzmán, seguramente pretendiendo emular a Cortés, se lanzó a la conquista de nuevas tierras.
Pretendía llegar hasta el paralelo 40° por la costa del océano Pacífico y desde allí volver al golfo de México.
*A través de Toluca, Ixtlahuaca, Xilotepec, entró en el actual estado de Michoacán y llegó hasta Tzinzuntzan —la capital del reino purépecha—, vadeando el río Lerma —.
*Desde Michoacán, salió con su ejército rumbo al norte y penetró —probablemente hasta tierras del actual estado de Guanajuato— “por despoblado la mitad dellos por rrío abaxo dexando en cada aposento su cruz puesta”.
*Continuó rumbo Cuynaquero —región actual de Zapotlanejo—, donde halló “alguna gente de guerra”, para más tarde entrar en la región de Pontitlán— Cuiseo del Río —al sur de Jalisco—. Sometido el cacique y tomada posesión de aquellas provincias en nombre del emperador, continuó su periplo.
*Partió hacia la otra margen del río Lerma hasta la laguna de Chapala y hacia el occidente, internándose en la provincia gobernada por la cihuapili Tzapotzintli, soberana de la Monarquía tonalteca —cerca de la actual Guadalajara—, donde presentó batalla. Tras un duro combate que quebrantó la resistencia de los indígenas, Nuño Beltrán de Guzmán entró en Tonalá el 25 de marzo de 1530 en paz y en medio de un gran festejo. En esta tierra de temperatura templada, densamente poblada y próspera, Nuño Beltran pretendía crear el marquesado de Tonalá, a semejanza de Cortés.
*Poco después, partió hacia el norte. Después de recorrer varios poblados —Huentitlán, Chapetala, Ximoantla— y vadear la barranca del río Santiago, llegó a Tlacotán, donde pernoctó y tomó rumbo hacia Nochistlán —capital de la aguerrida nación caxcana—, de donde salieron para El Teúl, centro religioso de toda la región, que incendiaron al encontrarlo abandonado.
*En este punto Nuño dividió su ejército. Envió al veedor Pedro Alméndez Chirinos en campaña expedicionaria con fines de exploración a través de la meseta central y la cordillera occidental; que llegó hasta el emplazamiento de la futura ciudad de Zacatecas; en Tepic esperó a Nuño que desde El Teúl y tras atravesar el río Santiago, había pasado por Ixtlán, Ahuacatlán, Tetitlán y Xalisco. No se había encontrado, como se esperaba, ni la tan buscada ciudad de las “amazonas”, ni cultura comparable a las del sur y centro de la Nueva España.
*Ya en Tepic, Nuño llamó a los caciques de Xalisco para hacerles requerimiento y al no comparecer partió hacia el norte en su busca; cruzó el río Santiago entrando en el reino de Sentipac —territorio no explorado anteriormente—; ya cerca del Pacífico decidió ir hacia la costa a tomar posesión en nombre de su majestad y regresó a Tepic, donde por ser esta incursión “nuevo descubrimiento y conquista y no yncluyrse en la nueva españa”, otorgó oficios en nombre de Su Majestad.
El domingo día del Espíritu Santo, de nuevo, Nuño pasó el río y, de forma simbólica “con las çerimonias que se acostunbran”, tomó posesión de aquel extenso territorio y en su condición de presidente de la Audiencia puso al río el nombre del “Espíritu Santo” y a las tierras descubiertas y conquistadas, “Espíritu Santo de la Mayor España” si bien, la Corona no estaba conforme y ordenó se bautizara como reino de la Nueva Galicia y se fundaba, mediante Real Cédula de 25 de enero de 1531, como capital una ciudad con el nombre de “Santiago de Galicia de Compostela”.
Fue durante la estación de lluvias de 1530, en Aztatlán —en los confines de los actuales estados de Nayarit y Sinaloa—, cuando Nuño se tropezó con tres importantes obstáculos en su empresa: lo inhóspito del clima que acabó con la mitad de sus hombres; la resistencia indígena dirigida por el cacique Ocelott —batalla de Atecomatlán—; y la noticia de la llegada de Cortés junto a la de su remoción y nombramiento de la segunda Audiencia en septiembre de 1530.
Ante esta situación envió al veedor Chirinos a México, con amplios poderes para litigar ante los tribunales y dirigió su ejército más el norte —Chiametla—, en espera de la llegada de Gonzalo López, que había regresado a Xalisco con la misión de pacificar la zona —ahora levantada— y convencer a algunos de los españoles para que se sumaran a la expedición.
El 16 de enero de 1531 Nuño escribió al Emperador, ya que supo de la llegada a México de la segunda Audiencia con autoridad para tomar su residencia y, tras recibir refuerzos, continuó su camino hacia el norte —en busca de las Amazonas— a través de Colipan, Frijoles y Piaxtla, culminando con la fundación de la villa de San Miguel de Culiacán, el 29 de septiembre de 1531.
Volvió a dividir su expedición en tres frentes en un intento de extender su conquista y conectarla por el oriente hasta la provincia de Pánuco, sin embargo, la barrera de la sierra de Durango no hizo factible este proyecto y Nuño comprendió que su avance había terminado. En otoño de 1531 regresó a Tepic para organizar el nuevo reino.
Nuño estuvo en el cargo de gobernador de la Nueva Galicia hasta 1537, pese a los procesos legales abiertos y el juicio de residencia formado por la segunda Audiencia a su llegada a México —diciembre 1530—.Durante estos años estableció las bases de la nueva entidad regional creando su incipiente infraestructura urbana al fundar o mandar fundar las ciudades de Culiacán, Chiametla, Compostela, Purificación y Guadalajara.
Compostela, nacida —por decisión de Nuño— bajo el nombre de villa del Espíritu Santo, fue por treinta años la capital del nuevo reino; primero estuvo ubicada cerca de la población indígena de Tepic y más tarde en el valle de Cactlán —actual ciudad de Compostela, en el estado de Nayarit—.
El fin de la conquista de la Nueva Galicia marcó el inicio del declive de Nuño: se le despojó del título de de gobernador de Pánuco (20 de abril de 1533), se le confiscaron sus bienes y fue acusado, con evidencias que se mandaron a la Corte, de lo inútil y precipitado de su expedición. Pero, a pesar de los cargos presentados contra Nuño que incluían la muerte de Calzontzin y otros caciques indígenas, el uso de fondos reales para financiar la conquista, la esclavitud de los indígenas, la crueldad de su empresa marcada con “sangre y fuego” como enseña, así como el desacato a las autoridades de la Nueva España, Nuño todavía abrigaba la esperanza de conseguir, a través de las cartas enviadas a la Corte, el favor del Emperador, así como ejemplar castigo para Cortés, quien, además de mandar desde México a Luis de Castilla para someterlo, entró en las costas de California alborotando la región —junio 1535—.
Fuentes. RAH Beltrán Nuño de Guzmán
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