Nombre de Dios -Ciudad y Puerto-
Cuenta el cronista Pedro Mártir de Anglería,
oído por boca de Colón:
“Nombráronme muchos lugares en la costa del mar; donde decían que había oro y minas; el postrero era Beragna”. El nombre de la región, según el cronista, lo tomó de un río denominado de esa manera: “Veragna”
En un primer momento, cuando las gobernaciones de Veragua y Urabá fueron asignadas a Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda respectivamente, ellos mismos se pusieron de acuerdo sobre dónde estaban los límites de las mismas, fijándose en el gran río que divide el golfo de Urabá que, en aquella época, era llamado río Darién y posteriormente se le denominó río Atrato.
La Gobernación de Veragua, estuvo constituida por las tierras en torno al litoral recorrido por Colón durante su cuarto viaje. Se extendía por la costa caribeña de las actuales Repúblicas de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
En 1508, y en uso de los poderes que le confería la gobernación de la región, Diego de Nicuesa, se dedicó a la exploración de la zona y a la búsqueda de las grandes riquezas que prometía la región de Veragua. Tras intentar inútilmente establecerse en otras zonas más accesibles de las ya conocidas como Belén y Puerto Bello, en muy penosas condiciones, sin víveres y resistiendo los continuos ataques de los naturales que les hostigaban sin descanso, con grandes trabajos, pudo construirse un fuerte al que se le denominó Nombre de Dios.
La pequeña ciudad tendría una vida muy corta debido a las condiciones de insalubridad y la dificultad de protegerla contra los ataques desaforados de los nativos, tuvo que ser abandonada. Años más tarde, fue repoblada en 1519, bajo la gobernación de Pedro Arias Dávila, por Diego de Albites para mantener el contacto de la región del Caribe con la recién fundada ciudad de Panamá en el Océano Pacífico.
A los pies de la ciudad se construyó el primer puerto en el nuevo continente
para uso de la Flota de Indias. Desde allí partía una carretera de piedra de
unos 80 km, conocida como «Camino Real», que atravesaba el itsmo e iba
desde Nombre de Dios a la ciudad de Panamá. Esta carretera conectaba
por tierra las rutas comerciales de la Flota de Indias con la Armada
del Mar del Sur, que partía de Callao y se convirtió en la ruta comercial
más importante del imperio español durante los siglos XVI y XVII.
A pesar de los varios intentos de mantenerla en pie, en los años 1572 y 1596 fue saqueada e incendiada por los piratas ingleses. Después del último intento de destrucción, la Flota de Indias cambió su arribo a la ciudad de Nombre de Dios por la cercana Portobello, más fácil de fortificar.
Nombre de Dios quedó casi abandonada.