Santo Domingo -Puerta de entrada al Nuevo Mundo-
La ciudad está dispuesta basándose en el plano de Briviesca, en la provincia de Burgos. Esta ordenación urbana tendrá trascendencia en Hispanoamérica a posteriori, pues las nuevas fundaciones del Nuevo Mundo se planificaron imitando el orden en damero de Santa Fe. Esteban Mira Caballos
La isla de La Española supuso un punto de referencia desde el principio de la llegada de los españoles al nuevo continente. Después de los trágicos destinos de los primeros asentamientos: el malogrado Fuerte de la Navidad y la primera ciudad llamada La Isabela, Cristóbal Colón, con el permiso de los reyes, mandó a su hermano Bartolomé, quien le había dado noticias de la existencia de oro en un enclave perfecto en el sur de la isla, que buscara un puerto natural para construir la nueva ciudad.
Así se comenzó a establecer, junto al río Ozana, la que sería la nueva Isabela. Más tarde
pasó a llamarse «Santo Domingo de Guzmán», posiblemente, en recuerdo del padre de
los hermanos Colón, Doménico Colombo.
Poco a poco, comenzó a poblarse la orilla oriental del río con los vecinos de la primera Isabela. Fueron construyéndose las casas con madera y techos de hojas de palma, una iglesia, llamada del Rosario y una pequeña fortaleza. No existen datos fidedignos, pero parece que fue inaugurada oficialmente en agosto de 1498. Allí tuvo su casa el Almirante Colón, aunque poco tiempo, pues en 1500 fue arrestado y confinado junto a sus hermanos por Francisco de Bobadilla, enviado por los reyes católicos como juez pesquisidor y gobernador de las Indias. Más tarde, los hermanos Colón serían conducidos a la península para ser juzgados.
La nueva ciudad solo permaneció en pie tres años,
en 1502 un huracán la destruyó por completo.
Ese mismo año de 1502, tras la marcha de Francisco de Bobadilla, había llegado como gobernador, Nicolás de Ovando, venía con todos los poderes necesarios para hacer valer su autoridad en nombre de los reyes y, con buen criterio, trasladó la villa a la margen occidental del río Ozana donde aún perdura.
Esta vez, las construcciones se hicieron con materiales sólidos; las casas y los edificios públicos se situaron de acuerdo a un criterio muy definido que se ha denominado hipodámico, en forma de damero, que procedente del mundo griego, ya tenía notables referentes en otras culturas milenarias.
Al parecer fue el sistema en que se inspiró la construcción del campamento de Santa Fe que los reyes católicos edificaron en el reino de Granada, construido con el ánimo de perdurar y concluir la reconquista.
Las calles de la nueva ciudad estaban trazadas a cordel, teniendo como punto central la plaza mayor, donde se unían los poderes políticos, religiosos, militares, municipales y económicos; formando cuadrícula, se situaban las casas y edificaciones particulares. Con este criterio se fueron construyendo: una plaza de armas, la fortaleza del homenaje, el hospital de San Nicolás, una iglesia parroquial, la casa para el cabildo y una cárcel.
De esta forma, quedaron establecidos los fundamentos del diseño urbanístico
que, posteriormente, se reproduciría a lo largo y ancho de todo el continente.
Fue durante la administración de Nicolás de Ovando y su intervención en la isla de La Española y en la ciudad de Santo Domingo cuando se perfilaron y se asentaron los fundamentos de un nuevo orden económico y social que, con muy pocas variantes, pasó luego a todo el continente americano, marcando durante siglos una acertada manera de administrar lo que, con el tiempo, serían los territorios de Hispanoamérica.
Mediante una Real Cédula, en 1508, Santo Domingo recibió el título de
ciudad, dotándola de su escudo de armas. Con ello, adquiría todos los
privilegios de ciudad castellana.
Durante el siglo XVI, la isla de La Española y la ciudad de Santo Domingo fueron la plataforma y el punto de partida de las exploraciones, los descubrimientos y los asentamientos que se fueron sucediendo en el nuevo continente y su territorio insular.
Todos los personajes que formaron parte de los primeros años de la conquista recalaban por la ciudad: Velázquez de Cuéllar, Alonso de Ojeda, Hernán Cortés, Francisco de Pizarro, Bartolomé de las Casas… La ciudad llegó a ser conocida como la «puerta de entrada al Caribe».
Con esos precedentes y ya desde los primeros años, se dotó a la ciudad de las instituciones de mayor rango, que gozan del carácter de primadas en el nuevo continente. En ella se edificó la Catedral que, iniciada en mayo de 1512 con materiales muy sencillos, fue terminada en 1540. El papa Paolo III, a petición de Carlos I, la declararía en 1546 la primera catedral del Nuevo Mundo. Se creó la oficina de aduana y el primer hospital, así como la universidad de Santo Tomás de Aquino, heredera de los Studium Generale, que habían sido fundados por los dominicos en el año 1518. Fue también el Papa Paulo III quien mediante bula, en 1538, estableció esta universidad como la primera del nuevo continente, aunque no recibió el reconocimiento por parte del Reino de España hasta dos décadas después, razón por la cual existe una controversia sobre la primera universidad de América.
En todo caso, se pone de manifiesto la inquietud por la
estabilidad en el asentamiento de las
poblaciones tanto aborígenes como españolas, pues todos
los habitantes tenían acceso a cualquiera
de sus instituciones.
Fuente: Esteban Mira Caballos -Nicolás de Ovando y los orígenes del sistema colonial español
Fuente: RAH -Nicolás de Ovando-
Lecturas recomendadas