Guanajatabeyes -Cuba-
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Guanajatabeyes -Cuba-

Los guanajatabeyes recibieron a los conquistadores españoles que llegaron a sus territorios en las exploraciones hechas por Colón durante su segundo viaje. A decir de los cronistas, eran «indios viejos» los describían como tristes, tímidos y muy pacíficos.  Al parecer, eran los que sobrevivieron a las invasiones de otras tribus Arawak, más adelantadas técnicamente, que se habían refugiado en los cayos más aislados del occidente de Cuba.

No se sabe como se denominaban a sí mismos.
 El nombre «guanajatabey» es el que los taínos daban 
a los grupos étnicos asentados en el extremo más 
occidental de la isla de Cuba.
Pictograma- Isla de la Juventud-
Pictograma- Isla de la Juventud-

Colón entró en contacto con estas tribus de indígenas en 1494, cuando buscaba confirmar que se encontraban en los territorios del Gran Khan. 

Culturalmente, eran diferentes a los pueblos taínos que ocupaban las Antillas, tanto en su manera de vivir como en su manera de hablar; Diego, el lengua de Colón, fue incapaz de entenderse con ellos. 

Lamentablemente, los guanajatabeyes se extinguieron antes de que su lengua pudiera ser documentada y pudiera estudiarse con más detalle su cultura. Por los estudios posteriores de los restos arqueológicos, se estima que probablemente los más antiguos llegaron procedentes del norte de América del Sur, aunque algunos autores han señalado que pudieron existir migraciones procedentes del golfo de Honduras y del área de Belice.

Los guanajabeyes eran muy primitivos, de estatura baja y piel rojiza, usaban el pelo largo y poca vestimenta. Vivían cerca de las costas, en cuevas o cavernas, donde se han encontrado algunos utensilios muy rudimentarios que los sitúan en la era del paleolítico. Tampoco construían viviendas, pues eran prácticamente nómadas, que se desplazaban en bandas, sin formar comunidades jerárquicas. Su ocupación fundamental era la pesca, por lo que su alimento básico eran los peces y los moluscos; también cazaban iguanas y recogían frutos de los árboles cercanos. No cultivaban la tierra ni producían alfarería, no llegaron a tallar o pulimentar la piedra, pero sí realizaban en las paredes vistosas pictografías, formando círculos, que se conservan y se exhiben todavía hoy en día.

Bartolomé de las Casas, en su Historia de las Indias, habla de estos indígenas denominándolos «taíno siboney», seguramente, como forma de explicar que su lengua fuera diferente al taíno clásico. Pero el tiempo y el estudio han permitido diferenciarlos de los llamados siboney, pues estos pertenecían al grupo étnico Arawak.

Distribución de las comunidades indígenas en las Antillas -1492-
Distribución de las comunidades indígenas en las Antillas -1492-

 

 

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