Los Taínos
Los habitantes de las islas que componen los distintos archipiélagos del mar del Caribe, procedían del sur del continente americano, de la cuenca del Orinoco, que, con su llegada, habían asimilado a los primitivos habitantes.
Las primeras tierras del nuevo Mundo que fueron ocupadas por los españoles fueron las islas conocidas como Antillas Mayores, por su mayor extensión territorial. Estaban habitadas por los taínos, gentes pacíficas que vivían en poblaciones de unos 3000 habitantes. Formaban una sociedad de carácter patriarcal que se reunían bajo la autoridad de los caciques a quienes pagaban un tributo.
Los caciques vivían en bohíos, casas rectangulares, a diferencia de las ovaladas del resto de los habitantes; solo los caciques practicaban la poligamia por razones políticas o sociales; no era así para la gente común que tenía que practicar la monogamia, pues el adulterio era castigado con mucha severidad.
Su economía estaba basada en la agricultura. Básicamente, sembraban mandioca, yuca, maíz, pimienta, piña, tabaco, algodón … También cazaban pequeños animales y pescaban.
Sus enemigos naturales eran los caribes, tribus muy combativas, que, originarios también de América del Sur, se habían ido apoderando de las Antillas Menores y poco a poco fueron ascendiendo por el rosario de islas que forman los distintos archipiélagos.
Según contó en su día un humilde fraile jerónimo, de nombre impreciso, Román o Ramón Pané, a quien Colón encargó que viviera entre los nativos para enterarse de cuál era su religión, el mundo espiritual de los nativos estaba presidido por la creencia en un Gran Espíritu protector que se derramaba en el alma de todas las cosas y en una pléyade de divinidades menores. Eran, por lo tanto, politeístas y animistas. Los distintos dioses estaban relacionados con la naturaleza; Jurakan, por ejemplo, (de donde proviene el término huracán), eran varios espíritus unidos capaces de originar las tormentas tropicales. Celebraban ceremonias conmemorativas -Areytos-, para conservar sus ritos y costumbres.
El intercalado de las dos culturas en los años siguientes al descubrimiento no fue fácil. La primera matanza que, como consecuencia de la llegada de los barcos españoles se produjo, tuvo lugar en el Fuerte Navidad, mandado construir por Colón con los restos de la nao Santa María, para acoger a los 39 hombres que se quedaron en la isla por falta de sitio en las carabelas: al regreso de Colón, todos los españoles estaban muertos.
Después, siguieron años de encuentros y de enfrentamientos, intentos de esclavizar a los nativos, evangelización, mestizaje, enfermedades que iban y venían viajando a través del Atlántico y que diezmaron a cuantos se encontraban en las islas.
Sin embargo, el impacto de las costumbres de las nuevas tierras en el mundo hispano fue muy profundo. La herencia del idioma taíno en el español es extensa y muy marcada. Muchas palabras que hoy pertenecen al idioma común, y lo que esas palabras significan, son de origen taíno y han sido asimiladas como si fueran propias, tanto en el español como en otras lenguas del mundo, cambiando para siempre la manera de vivir: Canoa, Barbacoa, Patata, Hamaca, Enagua, Huracán, Tabaco …
Dicen que los taínos desaparecieron durante los primeros años de la conquista.
Los estudios recientes de ADN de los habitantes de las Antillas,
han dejado al descubierto un porcentaje bastante aceptable de sangre taína.
No son una etnia extinguida.
Afirma el historiador Juan Manuel Delgado, refiriéndose a su país, Puerto Rico, que los datos aportados en su día para los informes oficiales no eran correctos y no fueron convenientemente contrastados -solo se contaba con los indios reconocibles o los indios útiles, nunca se contaba a los indios libres o a aquellos que vivían en las boscosas y densas partes centrales de las islas-. Fue a partir de la instauración del estado libre asociado cuando se implanta en la educación de Puerto Rico la idea de la absoluta extinción de los indígenas en las islas Antillas.