Los Lucayos
Los españoles pusieron por primera vez el pie en las tierras del Nuevo Mundo en la isla llamada por sus habitantes, “Guanahani”; los recién llegados la llamarían San Salvador. La isla pertenece hoy al archipiélago de las Bahamas (Bajamar), que por entonces estaba habitada por los lucayos. Estos serían los primeros indígenas que hicieron contacto con los descubridores.
El diario de Cristóbal Colón contiene las únicas observaciones
contemporáneas de los lucayos.
Las entradas del Diario de Colón correspondientes al 11 y el 13 de octubre dicen:
Nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. […] Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas. Ellos todos a unamano. Son debuena estatura, de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hice señas qué era aquello, y ellos me mostraron como allí venían gente de otras islas que estaban cerca y les querían tomar y se defendían. Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos.
Las referencias de otros visitantes de las islas o cronistas de la época, como Pedro Mártir de Anglería, hacen algunos comentarios al respecto a los lucayos. Este autor dijo que las mujeres lucayas eran tan hermosas que los hombres de «otros países» se mudaban a las islas para estar cerca de ellas. Esas mujeres, una vez pasada la pubertad, vestían una falda pequeña de algodón y los hombres vestían un taparrabos hecho de hojas trenzadas o algodón. Algunas personas usaban bandas para la cabeza o para la cintura, plumas, huesos y joyas para la nariz o la oreja ocasionalmente. Normalmente, se tatuaban y usualmente se aplicaban pintura en sus cuerpos o semblantes. Ellos también modificaban sus cráneos artificialmente. Su cabello era negro y lacio. Lo mantenían corto, excepto por algunos cabellos en la parte posterior que nunca se cortaban.
La información adicional sobre las costumbres de los lucayos proviene de investigaciones arqueológicas posteriores y de las comparaciones con lo que se sabe de la cultura taína de Cuba y La Española. Los lucayos se distinguen de los taínos de Cuba y La Española por el tamaño de sus viviendas, la organización y ubicación de sus pueblos, los recursos que utilizaban y los materiales de sus cerámicas.
Existen dudas sobre cúal sería esa isla llamada Guanahaní, pues forma parte de un archipiélago que contiene unas setecientas islas con grandes dificultades para identificar unas de otras. Parece que quedó admitido que la antigua isla Watling, que recuperó el nombre de San Salvador en 1925, sería la isla de la primera llegada, pero posteriormente han surgido nuevas dudas sobre ello.
En este mapa de Juan de la Cosa, la isla de San Salvador aparece señalada con una flecha roja.
Se sabe también que Colón visitó otras islas en las proximidades de San Salvador, a las que fue nombrado: Santa María de la Concepción, Fernandina y Saomete. Los lucayos en San Salvador le había dicho que podría encontrar a un «rey» que tenía mucho oro en el pueblo de Samaot. Y Colón pasó tres días navegando ida y vuelta a lo largo de la costa en busca de Samaot.
