Moctezuma – El Tlatuani-
Moctezuma II fue el último Gran Soberano de la confederación mexica antes de la
llegada de los españoles.
Nació en torno a 1466 en Tenochtitlán. Era hijo del emperador Axayácatl, y tanto por su padre como por su madre, era descendiente directo del fundador de la dinastía, Acamapichtli, así como de la realeza tolteca.
El joven Moctezuma recibió una cuidadosa educación como los demás príncipes y nobles de su edad. Desde niño destacó por su piedad y disciplina. Era un joven solemne, que cumplía con sus deberes, con sus maestros y con los dioses.
Su padre murió cuando Moctezuma tenía trece años. Le sucedió en el trono Tizoc, hermano de su padre, que había de reinar de 1481 a 1486. Durante el reinado de Tizoc, el joven Moctezuma ya era considerabdo un experto en la lectura de códices antiguos y había recibido su bautismo de sangre. A la muerte de Tizoc, el elegido para sucederle, octavo hueytlatoani mexica, fue otro hermano de los dos, el poderoso Ahuitzotl, que reinó hasta 1502 y fue un Soberano guerrero que había de expandir el imperio notablemente y que sería el antecesor en el trono de Moctezuma II.
Territorio del imperio mexica -La triple alianza- Éstaba, compuesta por las ciudades de Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan (Tacuba); dominaba un vasto territorio que iba desde Oxitipán en el norte, hasta Zacatula en el océano Pacífico, al norte, e Ixhuatlán, al sur, en tierra maya, dentro de la cual también estaba el principado de Soconusco, con las ciudades de Mazatlán y Ayotlán, más al sur. Las tres ciudades estaban gobernadas por señores emparentados y Tenochtitlán tenía las funciones de dirigir la guerra, Texcoco era el foco de irradiación cultural, heredera de la antigua casa real Tolteca y Tlacopan iba a la zaga, pero gozaba de los privilegios de ser una de las tres ciudades que recibían tributos del vasto territorio imperial, que, no obstante, carecía de una verdadera cohesión, ya que dentro del mismo había diversos principados independientes: Tlaxcala y Hexotzinco.
El territorio, poco cohesionado, estaba unido por el miedo
a la represión mexica y bajo su dominio militar.
Cuando, en 1502, Moctezuma II fue nombrado sucesor, mostró enseguida
su auténtico carácter, convirtiéndose en un tirano.
Incluso los príncipes y nobles debían vestir de saco, inclinarse tres veces ante el trono mientras pronunciaban las frases rituales: “¡Oh señor!, mi señor gran señor”, mientras, de rodillas, daban los pasos que los acercaban hasta el trono imperial, donde debían quedar postrados ante el Terrible Señor mexica y esperar a que este se dirigiera a ellos. Nadie podría volverse a mirar su rostro directamente, bajo pena de muerte, y nadie podría hablarle sin ser interpelado previamente por él. Moctezuma II se colocaba, así, solo a un paso de la divinidad.
En las distintas campañas de conquista y sumisión que llevó a cabo, parece ser que recibió escaso apoyo militar de los dos aliados de la Confederación, fue en esa época cuando Moctezuma II decidió asumir el mando supremo. Su control sobre el imperio fue entonces total. A pesar de fracasar en su intento de conquistar el principado independiente de Tlaxcalla, el resto del imperio fue pacificado y pagó cuantiosos y ricos tributos que le permitieron enriquecer Tenochtitlán hasta convertirla en la ciudad más hermosa y envidiada del imperio y foco de irradiación cultural, cuyos palacios, canales, templos y monolitos eran impresionantes y de cuyos talleres salieron las obras de arte más destacadas en piedra, en pluma y en oro.
En 1519, en pleno momento cenital, se produjo el encuentro de Hernán Cortés con el imperio azteca. Una serie de prodigios en el cielo, el cumplimiento de una fatídica profecía que anunciaba el final de los tiempos y la creencia de que el que llegaba era el dios Quetzalcoatl en persona, paralizaron al poderoso Moctezuma II, que finalmente moriría, herido por las piedras que le arrojaron sus antiguos súbditos, en el balcón desde el que se asomó por orden de Cortés para pacificarlos.
Fuentes: RAH: Moctezuma II Xocoyotl
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